
Sufriendo en Silencio
De acuerdo a una encuesta realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 35% de los estudiantes de 15 años en todo el mundo experimentan síntomas de ansiedad y estrés. Muchos padres y profesores pueden diferir de esto y considerar que un joven no tendría motivos para sentir ansiedad y estrés, sin embargo, no atender estas emociones a tiempo o simplemente omitirlas, es bastante riesgoso.
Un estudio complementario, publicado en la revista Journal of Educational Psychology encontró, que la presión académica es una de las principales causas de estrés y ansiedad en estudiantes. Además que los estudiantes que se comparan con otros en términos de rendimiento académico, experimentan niveles más altos de estrés y ansiedad.
Sufrir en silencio por no ir al ritmo de los demás puede ser una experiencia muy dolorosa y aislante. A veces la presión social y las expectativas de los demás, pueden hacer que nos sintamos como si no estuviéramos a la altura o como si estuviéramos fallando de alguna manera.
Es importante recordar que cada persona tiene su propio ritmo para aprender y avanzar.
Compararte con los demás puede ser injusto para ti mismo, ya que no estás considerando tus propias fortalezas y debilidades.
Hay varios factores por los cuales el progreso del aprendizaje es personalizado, tales como las habilidades, conocimientos y experiencias individuales, los diversos estilos de aprendizaje, los intereses y motivaciones personales, entre otros, pueden influir en la forma de captar y procesar la información.
Sin embargo, puedes incrementar tu propia capacidad para duplicar y comprender lo que estudias, de forma que superes tu propio ritmo y lo lleves a un nuevo nivel.
En lugar de compararte con los demás, es importante enfocarte en tu propio progreso y celebrar tus logros personales.
La duplicación es la clave
Con duplicación nos referimos a la capacidad de reproducir exactamente una idea o concepto en la mente. Esta capacidad puede desarrollarse, por medio de ejercicios de aprendizaje.
Estos ejercicios tienen el propósito de lograr desarrollar esta habilidad, no es memorización. Si bien se usa la repetición, solo hasta el punto de lograr captar la información, va más allá, introduciendo el razonamiento y el análisis de los datos. No todos los datos son reales ni ciertos, ni todos son igualmente importantes. Existen datos por encima de otros, los cuales son pilares fundamentales que soportan un tema.
Así que la comprensión incluye esta capacidad de poder observar y analizar la información captada.
La práctica diaria de estos ejercicios de aprendizaje, logran enormes cambios inmediatos.
No pasarte malentendidos
Leer por encima de términos o palabras que no se entienden, no sirve.
Leer de esta forma no agiliza no adelanta procesos, por el contrario, va a causar un bloqueo mental, incluso si logras sobrepasar el bloqueo, no vas a poder aplicar la información que estudiaste, pues no habrá comprensión.
Al principio da pereza tener que revisar cada término, pero esto es tiempo ganado para ti al futuro. Pues incrementa tu léxico, incrementa tu dominio del tema, reduce sobreprocesos y posteriores malestares en tu estudio.
El tiempo que usas en tu aprendizaje es valioso, cada minuto, cada segundo, cada hora, haz que cuente de verdad.
Del afán no queda sino el cansancio. Pruébalo en ti y verás cómo esta técnica te ahorra mucho tiempo y avanzarás más rápido posteriormente, mientras que otros se devanan los sesos, tú irás con pasos firmes.
Estar ahí
Para nadie es un secreto que podemos viajar en nuestros pensamientos y no estar ahí verdaderamente.
¿Cómo estudiar si no hay nadie que reciba esos datos?
Poner los datos en tu mente inconsciente, precisamente, no deja los datos disponibles para que puedas acceder a ellos cuando los necesites.
Así que estudiar dormido, súper hiper mega agotado, ido en pensamientos de los problemas del día, es un desperdicio de tiempo.
Lo mejor es dar una vuelta por el parque, por la cuadra o mirar por la ventana un rato, viendo las personas caminar viendo las cosas alrededor, hasta que experimentes un alivio y puedas controlar tu mente.
Inténtalo, funciona el 100% de las veces. A menos que de verdad necesites dormir y lo mejor sea que te des una siesta adecuada y al despertar hagas el ejercicio para ahí sí estudiar.
Los resultados, sólo al añadir esta práctica, son increíbles.
Es importante que los educadores y estudiantes trabajen juntos para crear un entorno de aprendizaje que promueva la salud mental y el bienestar de todos los estudiantes.
Las buenas prácticas, generan buenos resultados.
El estudio no tiene que ser doloroso, no tienes que estar solo, ni tienes que sentir que pierdes para entender.
Ese dicho de nuestros antepasados de que la letra con sangre entra, está echado a perder.
El estudio es una actividad viva, dinámica. Aprende y usa lo que estudias. Valida tus triunfos, ve paso a paso, no dejes espacios vacíos, tomate las pausas para observar a tu alrededor y eliminar el agotamiento. Duerme bien y come bien. Entre más consciente y alerta estés, más información captarás que podrás usar luego para mejorar tu habilidad.
Finalmente recuerda ¿para qué estudias sino es para ser mejor y hacer mejor las cosas?
Carolina Aguilar Vélez
Escritora para Apprendiendo