El Bullying: Un Problema de ayer y hoy

El bullying, también conocido como acoso escolar o intimidación, es un comportamiento agresivo y repetitivo que una persona o grupo de personas dirige hacia otra persona, con el objetivo de intimidarla, humillarla o causarle daño. El bullying puede ser físico, verbal o psicológico, y puede tener graves consecuencias para la víctima.

 

Sin importar la época, el bullying ha existido antes de que se le reconociera con este nombre. En la humanidad se ha aplicado la ley del más fuerte para enseñar a los niños a volverse más poderosos, así como a usar la frase célebre: “ojo por ojo, diente por diente” para que “los niños aprendan a defenderse”.


Sin embargo, estas enseñanzas son las que fomentan este tipo de conducta. Veámoslo más a fondo.

 

La ley del más fuerte:

  1. Provoca un desequilibrio de poder: El acosador tiene más poder o influencia que la víctima, lo que le permite imponer su voluntad.

  2. Uso de la fuerza o la intimidación: El acosador utiliza la fuerza física, la intimidación o la manipulación para controlar a la víctima.

  3. Falta de consecuencias: El acosador puede no enfrentar consecuencias por sus acciones, lo que le permite continuar con el comportamiento abusivo.

Como consecuencias tenemos: 

  1. Víctimas vulnerables: Las víctimas pueden sentirse impotentes y vulnerables, lo que puede afectar su autoestima y bienestar emocional.

  2. Cultura de la intimidación: La ley del más fuerte puede crear una cultura en la que la intimidación y el abuso se consideran aceptables.

  3. Dificultad para buscar ayuda: Las víctimas pueden sentirse reacias a buscar ayuda debido al miedo a represalias o a no ser creídas.

 Los consejos usuales a las víctimas de acoso o bullying son:

  • “Lo que no te mata te hace más fuerte”: Esta frase sugiere que las experiencias difíciles, como el bullying, pueden hacer que una persona se vuelva más fuerte y resistente. 

  • “No te tomes las cosas tan en serio”: Esta frase se utiliza a menudo para aconsejar a las personas que no se dejen afectar demasiado por el bullying y que mantengan una perspectiva más ligera.

  • “Ignóralo y se irá”: Esta frase sugiere que ignorar al acosador puede ser una forma efectiva de detener el bullying.

 
Sin embargo, esto no resuelve el problema ni le da verdaderas herramientas a las víctimas. Ni rompe con el ciclo de violencia. 

 Seguido a esto, la característica usual es usar el “ojo por ojo, diente por diente”, que es en sí el factor principal que perpetúa esta conducta. 

 “Ojo por ojo, diente por diente”: Un Principio de Venganza y Castigo

La frase “ojo por ojo, diente por diente” se refiere a un principio de venganza y castigo en el que se busca infligir un daño similar al que se ha sufrido. En el contexto del bullying, esta frase puede ser utilizada para justificar la venganza contra el acosador.

Esta frase tiene su origen en el libro de Éxodo y Levítico de la Biblia, y es usado como una forma de limitar la venganza y establecer un principio de proporcionalidad en la justicia. En su contexto original, la frase se refería a la idea de que la pena debe ser proporcional al daño causado y no excesiva. Sin embargo, la interpretación puede ser tan brutal, que en el contexto del bullying se usa para justificar la venganza contra el acosador, lo que empeora el daño y genera un ciclo de violencia que se perpetúa y no resuelve el problema de fondo.

Investigaciones sobre el comportamiento agresivo han encontrado, que los individuos que exhiben comportamientos agresivos o acosadores pueden haber experimentado trauma, abuso o acoso en su pasado. La investigación también sugiere que el acoso puede ser un ciclo que se repite, donde las víctimas pueden convertirse en acosadores si no se abordan adecuadamente los problemas subyacentes, ya que los principales factores que contribuyen al comportamiento acosador son:

  • Trauma y experiencias adversas: Las experiencias traumáticas y adversas en la infancia o en la vida pueden contribuir al desarrollo de comportamientos agresivos o acosadores.

  • Falta de habilidades sociales: La falta de habilidades sociales y de empatía pueden contribuir al comportamiento acosador.

 

Por lo tanto, detener el bullying nos compete a todos y esto implica también cambiar nuestro enfoque y punto de vista. Empezando por reeducarnos sobre las herramientas de resolver conflictos. 

 

“Que Pepe haya sido malo conmigo, no significa que ahora yo me vuelva mala y que deba vengarme con Pepe o con otros.”

 

Requiere de un esfuerzo conjunto de toda la comunidad para crear un entorno seguro y de apoyo para todos.

 

Reflexionemos: La maldad existe, pero ¿yo quiero ser parte de esta maldad? ¿O quiero ser parte de la solución para erradicarla?

 

Seamos solucionadores

La comunicación es una herramienta vital. La fuerza engendra fuerza. Los problemas primero se resuelven con diálogo. 

 

Pero recordemos, ¿enojados hay comunicación?

No la hay. Así que lo primero que debe existir es calma. Dar un paseo, respirar profundo, observar el entorno, distraerse y luego, en el momento idóneo comunicarse es la mejor opción para resolver las diferencias.

 

Sin embargo, cuando la situación no se puede resolver con un diálogo directo con la persona, ya que muestra alteraciones violentas que no cesan, el diálogo debe ser escalado a una persona más adecuada para ayudarnos, un adulto, un profesor o una entidad superior y policía en caso de ser necesario. 

 

Trata a los demás como te gustaría que te tratarán, es siempre fundamental para ser empáticos, apoyar a otras víctimas y detener el ciclo de violencia. Si no sabes cómo actuar en determinada situación piensa: ¿Cómo me gustaría que me hablarán? ¿Qué esperaría yo? Esto es parte de ponerte en los zapatos del otro. 

 

Clarifica los malentendidos, los malentendidos son palabras que no se entienden o se entienden mal, pero también hay situaciones malentendidas. Los malentendidos crean muchos problemas. Si no entiendes lo que alguien te está diciendo, clarifícalo. Si tienes comportamientos que alguien no entiende, clarifícalo. No dejes ciclos a medio entender. Sé claro, sé amable y trata con respeto a tu entorno y a las personas y seres en él.

 

No seas condescendiente con las malas acciones, infórmalas antes de que sea tarde a las personas correctas. Preocuparnos por los demás es también ayudarles a frenar sus malas acciones.


Las malas acciones no causan felicidad verdadera, incluso en los psicóticos y personas gravemente enfermas mentalmente, que sienten placer al causar o sentir dolor, en realidad están viviendo una pesadilla. Esto no es verdadera felicidad, es dolor en su máxima expresión.


La ruta para destruir a un ser es permitirle cometer maldades, es la destrucción de su naturaleza y es el camino seguro al vertedero. Corregir es parte de ser considerados con nuestro entorno. Es una muestra de humanidad y de amor, por quien influye dolor y por las futuras víctimas. 

 

“Ser sapo” es una expresión que se usa mucho para impedir que se informe o se de a conocer algo que está mal. Es parte de las frases que empeoran y mantienen este ciclo de violencia. 

 

No es realmente decencia permitir que alguien cometa acciones dañinas, tu dolor hoy es el dolor de otros más, pues la maldad se vuelve una bola de nieve, crece y crece y algunas de las víctimas se vuelven victimarios.


Recuerda tu papel como solucionador. Vale la pena ser parte de la solución. Ser parte del problema solo hace que vivamos en un infierno. Podemos hacer algo al respecto. Actúa correctamente y pide ayuda cuando lo necesitas. Detengamos el problema y generemos un cambio.

 

Mientras lo haces no olvides seguir creciendo, seguir aprendiendo, seguir practicando, seguir cuidando de ti.


El futuro está en tus manos, puedes influir en otros, aunque pienses que solo seas uno, te sorprendería a cuántos puedes inspirar. Haz el cambio, mantente a salvo y no dejes de florecer y prosperar.

 

Carolina Aguilar Vélez

Escritora para Apprendiendo

 

 

INTENTA TRATAR A LOS DEMÁS COMO TE GUSTARÍA QUE TE TRATARAN.

FLORECE Y PROSPERA
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